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Menocal

El apellido Menocal puede rastrearse en el concejo de Polanco al menos desde mediado el siglo XVI. Juan de Menocal era vecino de este lugar en el a?±o 1556 y tambi?©n encontramos a Juan Fern?¡ndez de Menocal de Balle en 1582. El apellido Menocal pod?­a encontrarse en estos tiempos en alg?ºn otro lugar de Espa?±a. Sin embargo, actualmente, m?¡s del 80% de las familias con el apellido Menocal nacidas en este pa?­s son nativas de Cantabria. Continúa...



Molledo

Lugar cabeza del ayuntamiento de su mismo nombre al que est?¡n agregados los pueblos de Cobeja, Mediaconcha, Helguera, San Mart?­n de Quevedo, Santa Cruz, Santa Olalla y Sili?³. Situado cerca de la carretera de Santander a Reinosa, su clima es templado; sus enfermedades m?¡s comunes son tercianas y catarros. Continúa...



Casas de Cantabria en Am?©rica

Siete Casas de Cantabria hay actualmente en el continente americano. Estas â??casasâ? son asociaciones formadas por familias que en su gran mayor?­a emigraron a aquellas tierras en los siglos XIX y XX. La mayor?­a de estas casas poseen sus propios centros sociales y organizan un considerable n?ºmero de actividades. Continúa...



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Hidalgu?­a

â??Hidalgu?­a es nobleza que viene a los hombres por linaje. Por hidalgos se entienden los hombres escogidos de buenos lugares, y con algo, que tanto quiere decir en lengua de Espa?±a, como bien; por eso los llamaron hijos-dalgo, que muestra tanto como hijo de bienâ?. Esta es la definici?³n recogida por los tratadistas de las leyes y partidas que configuran el c?³digo civil hispano hasta la extinci?³n de esta distinci?³n social. A pesar de la etimolog?­a, reconoce la misma tradici?³n que â??el pobre, si es de buen linaje, no pierde su calidad, pues le basta el descender de quien tiene algo; porque la nobleza de hidalgu?­a no procede del mismo hidalgo, sino del primero de su familia escogido para ser tal, y siendo heredada la hidalgu?­a es cierto que no la perder?¡n los fabricantes de pa?±osâ? y a la vista, habr?­a que a?±adir, de lo que sucedi?³ en Cantabria que tampoco los labradores o menesterosos de cualquier oficio.

Adem?¡s de la hidalgu?­a de linaje hab?­a otra de merced, de la cual se hizo tanto abuso que los Reyes Cat?³licos y otros Monarcas revocaron las que se hab?­an dado sin causa justa y mandaron que no se libraran cartas y privilegios de hidalgu?­a.

Eran muchos los privilegios y libertades de los hijosdalgo. Los hidalgos de linaje no iban a la guerra obligados. Estaban exentos del pago de algunos impuestos. Sus caballos y armas no pod?­an ser prendados por deudas y deb?­an tener c?¡rcel aparte. Frecuentemente se contrapone a la figura del hidalgo la del plebeyo o pechero, defini?©ndolo simplemente como el ejerciente de un oficio o el labrador de tierras. No obstante, en Cantabria, la figura del pechero era muy minoritaria, casi excepcional en el siglo XVIII y por el contrario la mayor?­a de personas del estado noble o los hidalgos se ejerc?­an de labradores a tiempo parcial o completo.

Estos hidalgos labradores fueron censados muy frecuentemente y durante varios siglos en Padrones espec?­ficos con su distinci?³n. Puesto que la mayor?­a de los vecinos de un lugar eran hidalgos, en no pocas ocasiones se establecieron algunas puntualizaciones. Por un lado estaban los hidalgos notorios, o los de casa y solar conocidos, caracterizados por su limpieza de sangre y por ser de un linaje de muy antiguo origen. Los dem?¡s hidalgos lo eran tambi?©n por heredad de sus antepasados, probablemente por haber heredado el antiguo privilegio de ser un hombre de behetr?­a, o sea, relativamente â??libreâ? de poder elegir por Se?±or a qui?©n mejor hiciera por ?©l y por lo tanto con algunas exenciones y privilegios en comparaci?³n con el vasallo feudal de un solo Se?±or.

Error es, por tanto, identificar al rico con el hidalgo o al hidalgo con un hombre sin oficio servil. Tambi?©n es error com?ºn equiparar al pechero con el menesteroso. Entre los pecheros los hab?­a cuantiosos y no cuantiosos, como entre hidalgos hab?­a ricos y pobres. Es evidente que la mayor distinci?³n de estados no estaba en las circunstancias del presente, sino en las del pasado, en la tradici?³n, en la historia. Sin embargo, la certificaci?³n leg?­tima del linaje o al menos la limpieza de sangre fue casi imprescindibles durante mucho tiempo para el ingreso en las ?³rdenes de caballer?­a, en los colegios y Universidades o en la Administraci?³n.


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