Que el nombre de aquel lugar -hoy barrio del pueblo de Revilla- traspasara los límites del terreno para encadenarse con los nombres de persona de sus moradores fue cuestión de tiempo, como sucedió en tantas ocasiones con otros apellidos de los llamados ‘toponímicos’
Al parecer, en el año 1504 ya se habían traslado las antiguas casas de Calva a su nueva ubicación. Se sabe que contaba la nueva casa con dos escudos de armas de la familia y con una inscripción conmemorativa de la estancia de la Reina Ana de Austria, cuarta esposa de Felipe II, a su paso por la localidad. De las citadas casas no quedan restos conocidos, aunque las descripciones coinciden en definir sus armas con un león rampante rodeado de ocho armiños.
Al menos desde el siglo XV el apellido ‘Gutiérrez de Calva’ aparece bien asentado en el lugar. Primero con Ruy Rodrigo Gutiérrez de Calva y luego con Rodrigo Gutiérrez de Calva y Sancha Gutiérrez, que vincularon precisamente el 4 de abril de 1504. Como dice Mateo Escagedo, el patronímico de esta casa fue ‘Gutiérrez’ y lo usaron sus descendientes hasta el siglo XVII.
Los Gutiérrez de Calva ocuparon una posición destacada en Camargo. Mantuvieron algún que otro pleito con la casa de la Llana, y con otros vecinos, por ser los primeros en besar la mano del sacerdote en las ofrendas, en tomar agua bendita y encabezar las procesiones. Asimismo, pleitearon por el derecho a tener asiento en lugar preminente en la capilla mayor de la Iglesia de San Miguel de Calva, donde estaba, al lado de la Epístola, la sepultura privativa de su familia.
En el siglo XVIII el apellido continuaba muy localizado en algunos pueblos de Camargo y también en Parbayón, al igual que un siglo más tarde. Fuera de Cantabria, en territorio castellano, creció alguna otra rama familiar nacida en el antiguo solar de Camargo la Menor, en el barrio de Calva, actual pueblo de Revilla.