Juan de la Cuesta Mercadillo regresó a Liérganes, donde hizo testamento el 17 de junio de 1725. En su pueblo natal construyó un nuevo palacio para ‘los Cuesta’ en el solar fundado por sus antepasados, en el barrio de la Rañada, y junto a él, la capilla de Nuestra Señora de Guadalupe con una pintura que trajo en su compañía por la particular devoción que tuvo a la Virgen nuevamente aparecida en aquel Reino y Ciudad de México.
Del mismo tronco de Liérganes, pero de diferente rama, fue Juan Antonio de la Cuesta y del Acebo, profesional de las finanzas a finales del siglo XVIII y principios del XIX en Santander, donde compró el antiguo hospital para levantar cinco casas y abrir una nueva vía conocida con el nombre de calle de Cuesta, tal vez no tanto por el nombre del fundador como por la costumbre popular de llamar al lugar la Cuesta del Hospital.
Si los Cuesta de Liérganes gozan de cierta notoriedad desde tiempos muy antiguos, no es menos cierto que muchos de este apellido aparecen documentados en otros lugares de Cantabria al menos desde el siglo XVIII, probablemente sin relación directa con este conocido linaje y tal vez con escasa relación genealógica entre ellos mismos. Y es que en Cantabria, ‘Cuestas’, hay muchas.