La historia del mote tiene su trascendencia, y de hecho, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española recoge en sus últimas ediciones que ‘Gil’ es un individuo de cierto bando de la montaña de Cantabria, especialmente de la comarca de Trasmiera, en el siglo XV.

Pero antes de ser un individuo de un determinado bando en la guerra de familias que se vivió entonces en Cantabria, Gil era un simple nombre de pila que, como sucede en tanto casos, fue convirtiéndose a fuerza de insistencia en apellido bastante común.

En los siglos XIV y XV muchos de los más conocidos linajes de Cantabria eran del bando de los ‘Giles’. Sin embargo, no existía un linaje ‘Gil’ predominante con este apellido, y no se conoce quiénes pudieron ser los fundadores del mismo a pesar de la gran propaganda alcanzada con posterioridad.

No era necesario llamarse Gil o apellidarse Gil para ser de los ‘Giles’. Los Agüero, los Solórzano y otros muchos lo pudieron ser en un momento dado por interés o conveniencia. Es posible, sólo posible, que con el paso del tiempo, el ser de este ‘partido’ fuera motivo suficiente para tomar el apellido, y de ahí la importante extensión del mismo desde Trasmiera a más allá del río Asón.

Pero también es posible que el apellido Gil proceda simplemente del nombre Gil, sin más. Y que los Gil sean hijos de otros Gil que en algún momento de su historia hicieron del nombre un apellido.

Sea como fuere, en el siglo XVIII, el apellido Gil ya contaba con una notable diversidad de formas. En la zona oriental de Cantabria había, por lo menos, los siguientes: Gil de Gibaja, Gil de Helguera, Gil de Hontañón, Gil de la Cotera, Gil de la Torre, Gil de Palacio, Gil del Valle, Gil del Solar, Gil de la Redonda, Gil de Reboleño y hasta por lo menos una veintena de variantes conocidas. Esta multiforma es fruto de la gran penetración del apellido y de la necesidad de distinguir a unos linajes de otros por el nombre añadido de un barrio o paraje determinado.

A finales del siglo XIX, el apellido Gil continuaba muy concentrado en el oriente de Cantabria (Castro Urdiales, Rasines,Guriezo,Liendo).

Pero todo ello no significa que el origen del apellido Gil esté en Cantabria. No es nada extraño encontrarlo en tiempos muy antiguos en Vizcaya, Navarra, La Rioja y Castilla. Es arriesgado, por tanto, tratar de encontrar un único origen temporal y geográfico de los apellidos, cuando tantos puntos intermedios y oscuros quedan por resolver.