Sobrevivieron a Juan de Ranero y Josefa de la Garma varios hijos: Andrés, Francisco, Tomás, Simón, Manuel, Pedro Antonio, María y Josefa. Un siglo después, sus descendientes poblaban ya varios barrios del lugar. Todos eran labradores y canteros, excepto Manuel Ranero de la Garma, familiar del Santo Oficio de la Inquisición.

En el Valle de Carranza también encontramos un barrio llamado Ranero y varias familias con este apellido también en el siglo XVII.

No es casualidad, por tanto, que más del 46% de los españoles con este apellido hayan nacidos en Vizcaya y otro 30% figuren en los últimos padrones de habitantes como originarios de Cantabria.

Hay quien sostiene que Ranero, como Renedo, deriva del latín Rana (lugar donde abundan estos anfibios). Otras investigaciones defienden que los Ranero de la provincia de León (véase el lugar Burgo Ranero) proceden del nombre propio Ranario. También los habrá que busquen el origen de los Ranero (y de los Rañada) en los rañeros, en los terrenos de monte bajo conocidos con este nombre al menos desde el siglo XIII.