La mayor parte de los arroyos que recorren este terreno son insignificantes, a no ser el llamado Riomiquillo que nace en las faldas del puerto de Ocereda, cuyas escasas y permanente aguas pasan lamiendo las sierras sobre que se hallan los pueblos de Reliegos, Pilas y la Rebilla (sic)…Todos los mencionados ríos y arroyos tienen puentes de madera por lo general que facilitan el paso; fertilizan alguna porción de terreno, según que es más o menos profundo su cauce, impulsan algunos artefactos y crían pesca de barbos, truchas y anguilas.
Hay una pequeña calzada abierta pocos años há a expensas de D. José María Orense, desde el barrio de Voláiz y prado de Salviejo hasta las fábrica de fierro y harina de dicho señor llamadas de Bao San Juan, distantes 1 legua del primer punto en donde empalma con el camino de la punta de Laredo que baja de Castilla para dicha población.
Los puertos principales son los de los Tornos, a 3.400 pies sobre el nivel del mar con un camino real bastante bien construido; siguiendo la misma cordillera de Este a Oeste se encuentran los de Ocereda y Ocejo, apenas transitables por sus malísimos caminos, y del la Asia o Sena, altura de 3.900 pies sobre el nivel del mar, el cual es bastante transitado por los naturales y pasiegos para ir al mercado de Espinosa. En todos estos puertos cargan mucho las nieves, como igualmente en el llamado Senderón a propósito para cabras solamente, por los muchos precipicios que en él se ven.
Produce trigo, maíz, alubias, castañas y muy poca fruta; de todo lo insuficiente para el consumo, siendo por consiguiente su principal riqueza la cría de ganados, de que sacan nutritiva y abundante leche; por este motivo es considerable la emigración anual para América, y en tiempo de la siega, para Soria y otros puntos, y en el de la vendimia para Rioja, de cuyo punto importan el vino, extrayendo ganados, bien que en mucha menor escala de lo que es la importación.
Hay un cartero peatón pagado por el valle que trae la correspondencia de La Nestosa. Tiene 630 vecinos y 3.208 almas.
