En el siglo XVII aparecen documentados dos linajes de los ‘Salmón’, uno en Camargo y otro en Santander. El primero, en Herrera, fruto de la unión entre Juan Salmón y María Pérez, y el de la capital, también de origen camargués, derivado del matrimonio entre otro Juan de Salmón y Celedonia de Alvear.

Del linaje de Santander fue el famoso capitán Francisco Salmón, avecindado en Cádiz, en cuya descendencia andaluza se perdió el apellido cántabro como principal por falta de varonía. No debió suceder lo mismo en las otras ramas originales en el terruño montañés, pues en el siglo XVIII conservaban el apellido ‘Salmón’ varias familias en Camargo y alguna en la capital, más unas pocas en Astillero, Piélagos y Santa Cruz de Bezana.

Aparentemente, el origen de los ‘Salmón’ advierte alguna relación con antiguas faenas pesqueras y de hecho esta especie figura en alguna piedra heráldica del apellido ajena al territorio cántabro. Sin embargo, otros escudos conservados en Cantabria tal vez aporten otros detalles singulares sobre su origen. En alguno, por ejemplo, dos serpientes penetran en una caldera teniendo por detrás una escala; en otros, las dos culebras entran en un pozo por su brocal.

La semejanza entre los apellidos Salmón y Salomón ha llevado a pensar en un posible origen común derivado de un mismo nombre propio, si bien el último parece ajeno a la tradición cántabra como apellido al menos hasta el siglo XIX.

Como curiosidad, Salmon fue el nombre del veterinario americano descubridor de la bacteria llamada Salmonella, responsable de las conocidas Salmonelosis.