Los sucesores de Pero Secadura habían adoptado un apellido diferente al de su progenitor, circunstancia bastante frecuente en aquella época. Lo que no parece tan corriente en el siglo XV es buscarle una explicación a esa mudanza. Según Lope García de Salazar, la transformación de ‘Secadura’ en ‘del Varado’ fue porque aquel Pero Secadura tenía su casa allende del río, donde hizo un puente con unos maderos grandes y dos varas para que se arrimaran los que pasaban,’ y por aquellas varas llamaron el Varado, porque primero Secadura se llamaba’.

En el escudo primitivo de este linaje no hay referencia a tales ‘varas’ ni al ‘puente’ en cuestión, aunque sí aparecen unas ondas evocadoras del líquido elemento. Por otra parte, algunos expertos creen que la raíz del apellido ‘Alvarado’ no debe derivar de tales ‘varas’, sino de un antiguo nombre propio como sucede con los ‘Alvar’ o ‘Alvarez’. En otra dirección, puede haber quien asocie lo ‘alvar’ o lo ‘alvarado’ con ‘lo blanco’ o la ‘vara’ con un bastón que representa cierta autoridad

Lo cierto es que con el paso del tiempo, los García de Alvarado, Sánchez de Alvarado, López de Alvarado y otras muchas ramas familiares, fueron quedándose con la parte más distinguida del apellido y así se propagó por muchos rincones del planeta. En su origen, los Alvarado se extendieron sobre todo por Trasmiera, pero desde hace varios siglo también se localizan en Andalucía, Extremadura, Aragón, Canarias, Perú y Chile entre otros muchos lugares.

Varios autores, entre ellos Mateo Escagedo Salmón y Fermín Sojo y Lomba han dedicado artículos y monografías al estudio de uno de los linajes mejor documentados de Cantabria.