A modo de ejemplo valga que los hermanos Francisco y Nicolás Erauzquin eran naturales de Guarnizo, hijos de Francisco de Erauzquin, natural de la ‘Villa de Esrriaza’ en el Obispado de Pamplona y de Margarita Fernández, originaria de Suances. Los dos hermanos probaron su hidalguía en 1753 para avecindarse debidamente en el lugar de Hinojedo. Curiosamente, en el año 1752, Francisco Irabusqui aparece como vecino de Hinojedo.

La compleja fonética vascongada hizo que este apellido tomara en el papel unas elásticas ortografías. Erauzqui, Erauzquin, Herauzquin, Erausquin, Irausquin, Irabusquin y así unos cuantos más, probablemente. El moldear el apellido con el sonido popular era práctica muy extendida entre los escribientes. Por cierto, esa variedad ortográfica no la empleaban exclusivamente en los apellidos foráneos y de difícil pronunciación, sino que era corriente en toda la onomástica y aún en muchas palabras de uso cotidiano.