Es de admirar la robustez y valor de las pasiegas, quienes por una marcha, cargan sobre sus espaldas, un cuévano lleno de mercancías con un peso considerable. Sus costumbres son sin duda muy puras, pues se conservan sanas, y generalmente son preferidas para nodrizas en la corte y en otros muchos pueblos de consideración.

Sin embargo, no se puede negar que los pasiegos son excesivamente aficionados al contrabando, y bajo este aspecto causan gravísimos perjuicios a la Hacienda, contribuyendo a ello tanto las mujeres como los hombres. Estos usan diestramente de un palo largo y grueso para saltar arroyos y breñas, huyendo de las rondas del resguardo. El traje de las mujeres es saya corta y tosca, con una especie de toca en la cabeza y muchos collares y otros colgajos en el cuello y garganta. Su calzado ordinario son las albarcas.