En la toponimia menor abundan también los mijares, indicando como es natural los lugares donde se cultivaba históricamente esta semilla. Sin embargo, cabe también decir que algunos autores relacionan el topónimo ‘Mijares’ con los miliares, hitos o indicadores de las calzadas romanas, una asociación tan interesante para unos como discutible para otros.

En cuanto al apellido Mijares, se sabe de la existencia de un linaje importante en Solórzano al menos desde el siglo XVI, del cual pasaron varias ramas a Indias y concretamente a Venezuela, de donde desciende Juan Mijares de Solórzano, primer marqués de Mijares en 1691, además de Maestre de Campo y Caballero de Alcántara.

La de Solórzano no fue la única casa de Mijares con cierta alcurnia. También las hubo en la zona de las Asturias de Santillana, y concretamente en algunos lugares cercanos a la costa, donde parece que el apellido, y no necesariamente el cultivo del mijo, consiguió una mayor representación.