No consta el número de casas que en lo antiguo tuviera este poblado, pero es indudable que en este siglo se habían aumentado considerablemente. Mas en el año 1839 fueron incendiadas una porción de ellas por los carlistas al abandonar los fuertes, quedando solo en el centro la iglesia de San Pedro Apóstol, la taberna y tres edificios más. Sobre sus ruinas se han vuelto a edificar otras seis aunque bien mezquinamente. Los demás moradores viven en chozas de la más triste apariencia que han levantado en un ángulo de las arruinadas, o al lado de las heredades, dividiéndolas en barrios separados entre sí, y con los nombres de Elguero, los Valles, la Maza de Vecares, el Mazo y La Parez (sic).
Hay escuela de primeras letras dotada con 1.500 reales a que asisten 50 niños. Confina con Gibaja, Rasines, La Nestosa, Soba, Ruesga, Alcomba y Udalla. El terreno participa de monte y llano; este fertilizado por las aguas del Asón y el Gándara o Soba; aquél cubierto de arbustos y erizados peñascos, comprende la cordillera de Guardamino, que es más bien una colina de poca elevación que desprendiéndose de la peña del Moro sigue el curso del Asón, dejando en medio el camino de Castilla a Laredo; la de peña de Moro que es una montaña cubierta de arbustos en sus faldas, y sumamente peñascosa en su cúspide, y la sierra de Wal que es una continuación de la mencionada del Moro y el Cuzcurio, una colinita piramidal que se levanta al suroeste del pueblo.
Los caminos son transversales, excepto la carretera antes enunciada y otra recientemente construida que cruzando todo el partido judicial termina en La Cavada.
Produce maíz, judías, vino chacolí, castañas y pastos; cría ganado vacuno, lanar, cabrío y caballar; caza de pluma y pelo, y pesca de truchas, anguilas y otros peces. (Su) industria, una ferrería, tres molinos harineros y un telar de lienzos caseros. Población 138 vecinos, 805 almas.