En ocasiones, cuando una familia emigraba de un pueblo a otro, tomaba como apellido el nombre de su lugar de origen, bien en combinación con otro que habían llevado sus ancestros, o en sustitución del mismo. Así eran mejor identificados y conocidos por su nueva población de acogida. Esto pudo suceder con el apellido Toñanes y la misma circunstancia está constatada en otros lugares y con otros apellidos.

Parte de la genealogía de los Toñanes de la Villa de San Vicente de la Barquera está contenida en el expediente presentado por Juan Baltasar de Toñanes y Tamés, presbítero, natural de este lugar y pretendiente a oficial del Tribunal de la Inquisición de Logroño en el año 1759, cargo al que debió acceder, pues no en vano el citado Juan Baltasar se jubiló como secretario del Santo Oficio.

Actualmente, el apellido Toñanes como principal (primero o segundo de cada persona) está prácticamente extinguido en España. Tampoco es muy frecuente en los países americanos, donde pueden encontrarse testimonios al menos desde el siglo XIX en Uruguay, Paraguay y Argentina.

No puede precisarse si todos los Toñanes del mundo derivan de una primitiva familia asentada en la villa de San Vicente de la Barquera al menos desde el siglo XIV, como tampoco que los Toñanes del otro lado del Atlántico tengan relación con Luis de Toñanes, Gobernador de Corrientes en 1674. Tampoco puede descartarse que los Toñanes tengan orígenes más diversos, ya que el término ‘Toñanes’ deriva de un nombre propio de persona de raíz latina (Tonneius-Tonneianis) y dicha afloración pudo producirse en otros lugares diferentes al de esta pequeña población de Cantabria que aún hoy, como hace siglos, apenas cuenta con un centenar de habitantes.