De la casa de Quevedo en Vejorís procede el famoso escritor, D. Francisco Quevedo y Villegas, que era montañés por los cuatro costados aunque nacido en Madrid en 1580. Sus padres fueron Pedro Gómez de Quevedo, nacido en Vejorís, secretario de la cuarta esposa de Felipe II y casado en Madrid con María de Santibáñez, hija también de un natural de San Vicente de Toranzo que fue aposentador de la casa real. Tres de los cuadro abuelos de D.Francisco de Quevedo eran toranceses de arriba abajo. D. Francisco de Quevedo tomó sus dos apellidos paternos: Quevedo y Villegas.
En el siglo XVIII el apellido Quevedo continuaba muy localizado en la en la ribera media del Besaya, en Reinosa y en la costa central de Cantabria. La localización no varía mucho en la siguiente centuria; acaso se hace más intensa en el valle de Iguña, su origen natural.
Algún antepasado del apellido o tal vez algún rey de armas, quiso dar un significado al apellido Quevedo, al tratarse de un vocablo sin sentido aparente. De ahí el siguiente lema: ‘Yo soy aquel que-vedó / el que los moros entrasen/ Y que de aquí se tornasen/ Porque así lo mandé yo’.
El lema no aparece en los escudos solariegos ni en documentos fiables, aunque ha sido citado en muchas ocasiones al tratar sobre este particular. En ayuda de esta leyenda, algún estudio actual afirma que la casa de Quevedo en Iguña fue fundada en el lugar de San Martín, mediado el siglo VIII, por Diego González de Iguña. Al parecer cambiaría el apellido de lugar por el de su hazaña, circunstancia ésta siempre difícil de probar.